chinit

  Todos los agentes de la paz estaban en una excelente postura corporal, tomando sus armas de forma profesional  disparando hacia el auto donde se encontraba Claudia y al resto de los rebeldes, sin ninguna señal de miedo en sus cuerpos rodeado por una armadura blanca que los caracterizaban, sin embargo había un agente que no seguía la simultaneidad del resto de sus compañeros, este estaba arrodillado en el suelo tratando de encender su arma, la cual no sabia como funcionaba. -¡sargento acero que diablos está haciendo ahora !-grito el capitán general, molesto por la conducta del chico. -a-h…ah…e

el humo pasaba por los conductos de ventilación convirtiendo el aerodeslizador un lugar inhospitalario para los soldados, tenían que salir de a ahí rápidamente o morirían de intoxicación a los pulmones. el aerodeslizador iba disminuyendo la altura, las aspas de a los costado ahuyentaban el humo ahora podían ver con claridad el lugar mas seguro para poder estacionarse sin problemas. al bajar del aerodeslizaor los soldados quedaron sorprendidos por el lugar que escogió su teniente. -disculpe la pregunta teniente, pero por que nos trajo al la playa del distrito 4 -pregunto Esteban. la playa del distrito

el gato de mi vecina siempre me rompe la basura, y su dueña es una viejita con mala vista, su gato puede ser haragán, pesado y mal peinado pero si algo es obvio es que a la vieja no le importa. un lunes temprano paso algo extraño, el gato de mi vecina estaba tirado afuera de su puerta maullando con un acento de desolación, tapándome mis odios me acerque a la casa de mi vecina y toque a su puerta tres veces preguntándome que había pasado, cuando por fin me habrio la puerta y le pregunte que había sucedió con su gato, ella solo se limito a decir. -ese maldito gato me a rasguñado -dijo dirigien